Nada envejece tan rápido como el futuro. Aquella vieja imagen de la momia o el palimpsesto que después de eones de muda oscuridad
se resquebraja ante nuestros ojos como si un reloj de 5 mil años la recorriera en segundos se proyecta hoy, sobre todo, en aquello que provenga del futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario