jueves, 21 de octubre de 2010

Jose Luis Brea,

Nada envejece tan rápido como el futuro. Aquella vieja imagen de la momia o el palimpsesto que después de eones de muda oscuridad se resquebraja ante nuestros ojos como si un reloj de 5 mil años la recorriera en segundos se proyecta hoy, sobre todo, en aquello que provenga del futuro.

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